La oración de petición



Interlocutor: ¿Puedes hacer algún comentario sobre la oración de petición?

Francis Lucille: La oración que demanda es una oración subalterna de la oración. Su única ventaja es que reconoce la Presencia divina. 

Y la oración que no pide nada es una oración superior. Pero incluso ahí hay grados; por ejemplo: "Hágase Tu voluntad". Esta oración puede ser dicha en dos sentidos distintos.

En una forma inferior sería dicha con resignación: "Hágase Tu voluntad, no es eso lo que yo escogería pero, en fin, Tú eres el jefe"... 

Y una forma superior sería: "Hágase Tu voluntad porque Tú sabes mejor que yo lo que me conviene". Pero todavía hay una forma superior que es: "Hágase Tu voluntad porque yo sé que eso es lo que conviene". Esta oración superior no tiene que expresarse, de hecho, es silenciosa. Como no hay nada que pedir por qué hablar.

I: Pienso que llega un momento que no sé ni lo que es bueno ni lo que es malo.

FL: Sí, pero incluso llega un momento en el que sabemos que todo está bien.

Robert Adams decía: "Todo está bien y se despliega como debe".

(Pasaje del Encuentro de Enero de 2012. Disponible en "Descargas")

La consciencia siempre está tranquila



Interlocutor: Esta noche no he he podido dormir, y por la mañana estoy muy cansada y a eso se añade un cuerpo enfermo. En esos momentos lo que tengo es más experiencia de la agitación que de la paz o felicidad. En esas ocasiones me digo: “yo no soy esto, no soy esta agitación soy la consciencia para ello”. Pero no podía, no podía establecerme en la consciencia. Entonces por la mañana el cuerpo se siente muy pesado y con una enorme identificación con la persona. ¿Hay algo que esté en mis manos que pueda hacer?

Francis Lucille: Vamos a ver dos cosas que has dicho: “la agitación del pensamiento” y “no puedo estabilizarme en la consciencia”. Hay ahí una confusión. Es como si la presencia de la agitación fuera el signo de que la consciencia no estuviese estabilizada. Pero, de hecho, los pensamientos agitados aparecen a y en la consciencia; no aparecen a otra cosa que no sea la consciencia. 

El hecho de que la consciencia sea consciente de la agitación -que es movimiento, que es cambio- muestra justamente que la consciencia no cambia. La consciencia que es el testigo de la agitación no está agitada. Y lo que no está agitado no tiene ninguna necesidad de ser estabilizado, porque desde el principio no está agitado. 

Lo que tú en realidad quieres no es estabilizar la consciencia sino más bien estabilizar la mente, es decir, parar la agitación del pensamiento; y eso es totalmente diferente. 

Tienes que ver, en primer lugar, que la consciencia es estable. Y, de algún modo, cuanto más agitada está la mente más grande es el contraste con la estabilidad de la consciencia.  

¿Por qué está agitada la mente? Porque tiene un problema sin resolver. Entonces, hay dos formas de agitación. Hay una agitación relativa a los problemas prácticos, y los problemas prácticos tienen siempre una solución práctica. Esta agitación debida a los problemas prácticos es temporal, no se puede mantener en el tiempo. Y, de hecho, no es en realidad agitación es simplemente movimiento. 

Entonces lo que llamamos agitación mental, es decir, una mente que gira en torno a sí misma y que nunca cesa, se debe a la creencia que somos un individuo separado; una consciencia mortal y un individuo mortal. Esta creencia no tiene fundamento real; es una creencia. Toda esta agitación se debe a esa creencia. 

Entonces ve que cada vez que la mente está agitada siempre podemos encontrar la fuente de esa agitación: “soy yo el hombre, soy yo la mujer, soy yo la persona limitada”. Por lo tanto no es que yo -en tanto persona limitada- tengo un problema, es que yo soy el problema, yo la persona limitada. Y la persona limitada crea un montón de problemas: “tengo miedo de eso, de aquello, quiero eso, quiero aquello”. Y la mente se ve ocupada sin cesar para satisfacer los deseos, evitar los miedos… Y todo eso tiene su fundamento en: “yo, la consciencia separada; yo, la consciencia que nace y muere.   

Entonces, cuando entendemos la estabilidad de la consciencia… la consciencia siempre está tranquila. Eso hay que saberlo. En el medio de la agitación mental, la consciencia siempre está tranquila. Y tenemos la elección: bien nos identificamos con aquello que se mueve o bien permanecemos en tanto que consciencia. Tenemos la elección de ser o bien la agitación o bien la tranquilidad. 

Y cuando somos la tranquilidad dejamos a la agitación su movimiento, no hay problema con eso; pero, de cualquier modo, la agitación no se va a mantener mucho tiempo. 

La consciencia se sabe eterna, conoce su inmortalidad, su eternidad. Cuando en la ignorancia se identifica con un cuerpo mortal hay un conflicto entre ese saber de la consciencia que se sabe eterna y esta creencia que fue adoptada que dice: “tú vas a morir, la consciencia va a morir”. La agitación viene de este conflicto. 

Es una lucha en la cual la consciencia, es decir la vida, siempre termina por ganar. 

(Pasaje del Encuentro de Julio de 2016).

Cómo darme cuenta que mi consciencia es la misma que la de los demás (...




Traducido por Ana Deva del Canal Zentir Zen: 

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En este vídeo Francis responde a varias preguntas que le plantean por correo electrónico.


Dos etapas en la enseñanza




Interlocutor: ¿Estoy en lo cierto cuando veo dos pasos o dos etapas en tu enseñanza? 

Francis Lucille: El primer paso es reconocer que soy la consciencia, no el cuerpo/mente. El segundo es investigar y ver si esta consciencia está separada y es limitada. Y esta investigación cesa en el momento en el que estoy cien por cien seguro de que no hay y no habrá jamás ninguna evidencia que muestre que la consciencia está separada y es limitada. Y ése es el fin del segundo paso.

Pero estamos en el primer paso. Primero tenemos que comprender que somos consciencia y que la consciencia es real. Porque podríamos decir que el cuerpo es real y que la consciencia no es tan real. Y eso es lo que la mayoría de la gente piensa: que el cuerpo y el mundo son reales y que la consciencia no lo es. Y creen que eso es evidente. Pero déjame primero que te muestre que eso no lo es en absoluto. 

Todo lo que conocemos y conoceremos, lo conocemos a través de la consciencia. Entonces, si la consciencia fuera una ilusión, si no fuera real, ¿cómo podría algo que no es real conocer algo que es real? ¿Me sigues? 

Así, todo lo que podemos conocer: el cuerpo, el mundo... es como mucho tan real como la consciencia que lo conoce. Esto es contrario a nuestra creencia de que el mundo es real y que la consciencia es menos real y que tenemos evidencia de ello. De hecho, tenemos cero evidencia. Desde el punto de vista de la razón esto no se puede sostener; porque todo lo que conocemos, lo conocemos a través de la consciencia. La ignorancia podría definirse como la creencia de que la consciencia no es real.

(Pasaje del Encuentro de Diciembre de 2010. Disponible en “Descargas”).

Todo debe ser cuestionado (sub. español)





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Francis desaconseja pasar de una creencia a otra, de hecho, desaconseja toda creencia y pone el énfasis en que toda creencia debe ser cuestionada. 

En sus propias palabras: "Todo puede ser, todo debe ser cuestionado, absolutamente todo. El camino espiritual, el verdadero camino espiritual, es el camino que tiene su fundamento en la duda absoluta. Mira lo que queda cuando se aplica la duda absoluta. Puesto que se trata de encontrar el fundamento. Se trata de encontrar lo que está fuera de duda. Así que se trata de practicar la duda universal, es decir, el desapego en relación a toda creencia".

Liberar al hombre del miedo




Interlocutor: ¿Situarse en la consciencia es algo que hacemos?

Francis Lucille: Nosotros somos siempre la consciencia pero no siempre somos la consciencia sabiéndolo. En particular esto es así cuando creemos en otra cosa o cuando sentimos que somos otra cosa. 

Así que si creemos que somos un padre, una esposa, un hijo, un marido o, si a nivel de sensaciones y sentimientos pensamos o sentimos que somos este cuerpo, o que vivimos dentro de él, que estamos localizados en el espacio y en el tiempo -en estos momentos, de alguna manera- estamos escapando de la realidad de nuestra verdadera naturaleza al identificarnos con algo que es una pseudorealidad, una pseudoconsciencia que en realidad es un conjunto de objetos que son percibidos por la consciencia; así que, de hecho, es muy simple. 

I: ¿Se puede creer que las falsas creencias proceden de la falsa consciencia o pseudo-consciencia?; y, en cambio, ¿sería falso creer en la consciencia porque soy la consciencia?

FL: Sí. No tenemos que creer en la consciencia; porque en este momento estás escuchando estas palabras y eso que está escuchando estas palabras es lo que yo llamo consciencia. 

La consciencia es aquella parte de tu experiencia que percibe, que percibe los pensamientos, que percibe los sentimientos y las sensaciones corporales, y que percibe el mundo a través de los sentidos. Es la misma realidad aquella que percibe los sentidos, la mente, el cuerpo y el mundo. Y eso lo sabemos, no tengo que demostrártelo porque se prueba solo cuando hablo.

La creencia de la que hablo es la creencia de que esta consciencia, de alguna manera, está atada al cuerpo y que depende del cuerpo. Esa es la creencia de la que hablo. 

Alguna gente también tiene la creencia de que quizá la mente, algo que también describimos como el alma, es distinta del cuerpo. Alguna gente cree esto pero, aún así, esa mente sigue siendo limitada. Igual que nuestro cuerpo físico no está localizado en todas partes sino que está localizado en el tiempo y en el espacio, nuestra mente o nuestra alma, no es infinita y no tiene acceso a la totalidad de los pensamientos. Nosotros no tenemos acceso a los pensamientos de nuestro vecino. Así que la mente es limitada, el cuerpo es limitado; y la creencia que tenemos es que la consciencia depende del cuerpo o de la mente y, por lo tanto, es limitada igual que los otros son limitados. 

Alguna gente piensa que la mente se puede separar del cuerpo, por ejemplo en el momento de la muerte. Otra gente cree o piensa que cuando el cuerpo muere la mente muere. Pero para ambos grupos la consecuencia es, la creencia que es común a ambos grupos, es que dado que la consciencia depende de algo limitado, bien sea el cuerpo o la mente, también es limitada en sí misma. Y esta limitación de la consciencia, que no es una experiencia, es simplemente una creencia que hemos heredado o adquirido de nuestros padres, de nuestros amigos, de nuestra cultura, es una gran fuente de desgracia y, de hecho, es la única fuente de desgracia. 

El objetivo, la meta de los filósofos de la antigüedad era liberar al hombre del miedo. No de cualquier miedo sino solamente de dos miedos: el miedo a la muerte y el miedo a los dioses, el miedo religioso. ¿Por qué era así? 

Porque aquellos que creían que el alma dependía del cuerpo, la única cosa que les daba miedo era la desaparición del cuerpo que suponía su propia desaparición. Porque si la consciencia que yo sé que soy depende del cuerpo cuando el cuerpo desaparece “yo” desaparezco. 

Y aquellos que creían que la mente podía tener una existencia independiente del cuerpo tenían miedo de lo que pasaría a esta mente, a esta alma, después de la muerte del cuerpo. Y qué le harían los dioses a este pobre “yo” individual. De hecho, esta creencia heredada de las antiguas religiones se perpetuó a sí misma en el cristianismo. Puede que haya cambiado pero, cuando yo era pequeño, había un purgatorio, infierno… 

Así que la filosofía, palabra que quiere decir “amor a la sabiduría” “la búsqueda de la sabiduría” -y la sabiduría es la ciencia de la paz y de la felicidad-, por lo tanto, la meta de la filosofía era liberar al hombre del miedo. Porque, de hecho, si estás libre del miedo a la muerte y del miedo a los dioses no creo que vayas a tener miedo de demasiadas cosas. Esto te avanzará un gran tramo hacia ser totalmente libre.

Pero volviendo a tu pregunta, hemos dado un poco de rodeo, la creencia de la que hablo, es la creencia de que esta consciencia que está escuchando estas palabras es un producto, o un subproducto, o está limitada, o se mantiene viva bien por el cuerpo o por la mente. Por lo tanto, si el cuerpo desaparece o la mente desaparece la consciencia también desaparecería. Esta es la única creencia de la que hablo. 

Esta creencia, se puede formular de otra manera, diciendo que es la creencia de que la consciencia es limitada. Otra forma de expresarlo sería la creencia de que la consciencia está localizada en el tiempo y en el espacio. 

(Pasaje del Encuentro de 2008. Disponible en “Descargas”).

Como consciencia eres totalmente inmune



Interlocutor: Siento que empiezo a entender de lo que hablas y, como consecuencia, mi vida se va haciendo más fácil y más feliz. Pero al mismo tiempo y, esto ocurre con bastante frecuencia, ocasionalmente me ocurre como una especie de ataque de pánico. Así que mientras antes era básicamente neurótica, ahora lo que ocurre es que en el medio de una felicidad relativamente continua, caigo en una especie de agujeros de desesperación en los cuales haría lo que fuera por salir. Lo siento o me parece como si fuera una soledad absoluta, como si no hubiera nada a lo que agarrarse, puro vacío. ¿Es esto parte del "paquete" que compro?

Francis Lucille: Obviamente es parte de tu paquete. Es todavía un objeto, sigue siendo algo que aparece ante ti. 

Lo que siento es que, de alguna manera, en esos momentos experimentas tu miedo básico, tu sensación de aislamiento básica pero todavía no le estás dando una bienvenida completa, no lo estás acogiendo totalmente. Así es que tienes que aplicar tu investigación espiritual también a estos momentos. 

De la misma forma que un científico puede hacer experimentos en su laboratorio, que es un lugar cómodo con calefacción, aire acondicionado… pero pongamos que investiga volcanes. Así que también hace viajes de campo, tiene que ir a países extraños, escalar montañas con sus aparatos a la espalda, etc. Así que tienes que aplicar tu metodología científica y tu humildad centrándote sólo en los hechos. Ver de qué está hecha esta sensación de zonas inexploradas de tu mente. 

Ahora todavía tienes aversión a estos momentos, no permites que fluyan a través de ti. Y aquello que puede darte el valor para poder hacer esto es el entendimiento de que como consciencia eres totalmente inmune a cualquier cosa. La consciencia es totalmente inmune a todo lo que aparece en ella, igual que el espejo es totalmente inmune a las imágenes que se reflejan en él. Y este conocimiento profundo, de esta inmunidad básica que tienes, es lo que te dará fortaleza para acoger esta situación. 

Quizá es algo que ha estado ahí en la trastienda cociéndose durante mucho tiempo y que, de repente, aparece. Es una buena ocasión, es una buena oportunidad para mirarlo. Si lo dejas que te atraviese de forma completa, plena, no volverá nunca más. Puede que quede algún residuo que vuelva de vez en cuando, pero la mayor parte se habrá ido. Esto es lo que ocurre cuando empiezas a abrir los armarios, empiezas a ver los cadáveres.

(Pasaje extraído del Encuentro de 2007. Disponible en "Descargas")

La ignorancia como un juego




No debemos ver a la ignorancia como a un enemigo sino más bien como un juego al que nos entregamos. Mejor verla con benevolencia, como una madre que mira a sus hijos jugar. No la debemos tomar en serio, si la tomamos con seriedad le damos peso.

No hay que ver la búsqueda de la verdad como una lucha sino más bien como un dulce abandono. No hay que poner el acento sobre el aspecto negativo sino sobre nuestra realidad que es la fuente positiva. Hay que tener indulgencia hacia uno mismo y, por supuesto, hacia los otros.

No hay que sentirse ligado por el pasado, por los acontecimientos pasados de nuestra vida. Hay que vivir el momento y si en ese momento tenemos un comportamiento de ignorancia hay que darle una sonrisa. 

(Extraído del Encuentro de Julio del 2016)

El proceso del alto razonamiento según Atmananda Krishnamenon





Inicio del encuentro de julio de 2016 y del primer diálogo.

A partir de una cuestión sobre Sri Atmananda Krishna Menon. Francis hace una distinción entre la lógica y el razonamiento.

Y en el minuto 22:50 Francis expone su práctica definición sobre la consciencia en el sentido de que no es conceptual sino que nos remite a una experiencia directa a partir de la cual podemos iniciar la investigación.

¿Cuándo debo actuar?




Interlocutor: Mi pregunta es: ¿cuándo debería dejar que las cosas sean como son o cuándo debería hacer algo?

Francis Lucille: La pregunta es: ¿cuándo sé que he de hacer algo o cuando, simplemente, dejo que las cosas ocurran?

I: Sí, es así y hablo de creación. Ni siquiera debería plantearse la pregunta. Estoy de acuerdo en cómo lo planteas tú.

FL: Lo que no sé exactamente es si tu pregunta es teórica o práctica. Si fuera práctica sería: en una situación dada, ¿tengo que hacer algo o debo dejar que ocurra? ¿O es más bien teórica? Me pareció ambigua, no sé cómo la planteas. 

I: Yo no veo la ambigüedad, así que adoptemos el segundo punto de vista, el práctico.

FL: La decisión de actuar o no en este contexto y, si actúo, qué hacer, cómo actuar. Esta decisión surge de un contemplar impersonal de la totalidad de la situación. 

Lo que a veces se nos pasa por alto es que la situación tiene dos componentes. Hay un componente que percibo a través de mis sentidos y que están involucrados en la situación: ¿qué dicen? ¿Cómo se sienten? ¿Cómo lo percibo?... es la parte externa, aquello que percibo a través de los sentidos. 

Y otra parte, que también forma parte del contexto de la situación, que es aquello que percibo internamente en términos de sensaciones, sentimientos, pensamientos o ideas que me surgen.

Hemos de contemplar la totalidad de la situación incluyendo la parte externa y la parte interna. Cuando hago esta contemplación, ya no formo parte de la situación. Es como si salgo de este cuerpo -que es una de las partes que juegan en la situación- y, tomo en consideración los intereses o aspectos que se refieren a este cuerpo-mente en particular, y tengo en cuenta todos los demás participantes de la situación.

La decisión que voy a tomar, y esto hay que entenderlo, no es una decisión que tomo en un momento dado y ya está. Es una decisión que va evolucionando momento a momento, momento a momento. Y quizás, si estoy contemplando la situación, tengo tiempo suficiente y no tengo urgencia; la decisión provisional que tomo es estar pasivo.

Mientras el contexto va evolucionando, y puede que alcance un punto en el que es necesaria la decisión: “tengo que hacer esto”. Esta decisión tiene que ser impersonal, lo cual quiere decir que proviene de la inteligencia, el amor, la belleza, la verdad; puede que no sea la mejor decisión.

Por ejemplo, si estoy en una situación de emergencia puede que tenga que hacer algo sin tener tiempo para encontrar la mejor resolución; en ese caso es mejor hacer algo que no hacer nada. Así que, sea cual sea la decisión que tomemos en este caso, será tomada momento a momento, no la podemos conocer antes de tiempo. 

La ética no puede resumirse en un libro o en recetas. La única forma de definir la ética es, en esta vía, en un vivir impersonal, en tomar decisiones impersonales momento a momento. Eso incluye muchos momentos en los que estaré pasivo y momentos en los que haré cosas.

(Extraído del Encuentro de Julio del 2015 - 2ª semana. Disponible en “Descargas”)

La satisfacción permanente




Interlocutor: Una vez contestaste a una pregunta mía acerca de estar con un maestro. Dijiste que después de tu despertar a un sentido más profundo de tu ser, continuaste haciendo preguntas a tu maestro. En mi caso, ha habido una comprensión absoluta, que es innegable, y también un aquietamiento progresivo. La duración de este aquietamiento es diferente para diferentes personas - en el caso de Ramana se completó casi instantáneamente, y después de ocurrir, simplemente se sentó en el silencio. Lo que quiero es una confirmación de mi experiencia. Me parece que ya no hay donde buscar; la búsqueda de la que solía estar tan orgulloso ha terminado, y sin embargo hay momentos en los que hay una sensación de intranquilidad.
   
Francis Lucille: Después de un vislumbre de la verdad hay una profundización de la experiencia. Con el transcurso del tiempo, lo que se ha comprendido impregna todos los niveles del cuerpo y la mente.
   
Has mencionado que yo seguía haciendo preguntas a mi maestro y es verdad. Eso fue muy beneficioso para mí porque tras sólo dos años de preguntar, había agotado completamente mis preguntas. Por supuesto, nunca dejamos de aprender, nunca dejamos de recibir el don de la gracia.
   
I: ¿Traducirías este aprendizaje como una profundización creciente de la comprensión?
   
FL: Es un proceso en el que el cuerpo-mente, si vives en armonía interior, se alinea otra vez con la verdad. Las cosas exteriores también se vuelven armoniosas y en algún momento los problemas y el sufrimiento psicológico desaparecen. Pero la aventura y la belleza continúan. Cualquier sufrimiento residual o sentimiento de insuficiencia reflejan simplemente la persistencia de viejos hábitos.
   
Lo que cuenta no es una experiencia de despertar que hayamos podido tener, una experiencia que en su momento puede haber sido excitante, pero que termina borrándose y nos deja insatisfechos. Lo que cuenta es la satisfacción permanente en la que vivimos como resultado de haber reconocido lo que realmente somos.
   
Yo veía la relación con mi maestro no como una relación con alguien que me iba a dar algo que yo no tenía; sino como una relación con alguien que por una parte era dios manifestado, y por otra, un amigo entrañable que hacía el mismo camino y cuya experiencia era valiosa para mí.  El tenía estas dos funciones. Debido a su apertura y a la forma como él percibía la gente y las cosas como divinas, era fácil para mí considerarle divino y al mismo tiempo un amigo entrañable. 

(Pasaje extraído del libro “Verdad Amor Belleza”) Disponible en Amazon.

Aquello que es real, debe ser permanente




Interlocutor: La consciencia es eterna, es lo eterno. Lo que aparece y desaparece, que tiene un principio y final, es temporal, es relativo, no es real. 

Si solamente existe la consciencia, y todo lo demás es una apariencia en ella, entonces solamente podemos trabajar a través de la negación, mediante la vía negativa. ¿Es así?

Francis Lucille: Cuando se dice que lo que aparece no es real, lo que se indica es que no existe independientemente de la consciencia. En otras palabras, queremos decir que no es permanente. Aquello que es real, debe ser permanente.

El ejemplo que se utiliza en la tradición hindú se refiere a la distinción entre la sustancia y los accidentes. El anillo de oro es impermanente. Antes de existir el anillo, ya existía el oro que ahora lo constituye, y después que desaparezca el anillo, el oro permanecerá. Aquello que es permanente, el oro, es la verdadera naturaleza del anillo, porque ha existido siempre. De la misma manera, aquello que aparece no es real, porque no siempre ha existido, y depende de la presencia de la consciencia para ser percibido.

Del mismo modo que el anillo depende del oro para tener una forma y un color, sin oro no hay anillo; cuando decimos que el mundo de los objetos no es real, no queremos decir que no tiene existencia, sino que no tiene independencia con respecto a la consciencia. Así como la verdadera naturaleza del anillo de oro es el oro, que es su sustancia, la verdadera naturaleza de este mundo es la consciencia, que es su sustancia eterna.

Ahora bien, el enfoque negativo es el primer paso de un proceso de dos pasos. El propósito del enfoque negativo es inducir que la consciencia se desidentifique del cuerpo y de la mente, porque habitualmente pienso y siento: “yo soy mi cuerpo, yo soy mi mente”. Así, la desidentificación sucede al discriminar entre esta presencia que percibe; que soy yo; y todo aquello que es percibido. Por tanto: “yo no soy el cuerpo, porque percibo el cuerpo”, “yo no soy la mente, porque percibo la mente”. Llega un determinado momento en el cual, este enfoque negativo concluye cuando se conoce, se evidencia, la consciencia pura. Este conocimiento en realidad es atemporal, aunque desde el punto de vista de la mente sea una visión fugaz, que aparece como una comprensión.

Después, una vez que esto ha sido asimilado, llegamos al segundo paso, el último. Se trata de comprender que cualquier objeto que esté presente, ya es consciencia, tal como el anillo es oro. Por lo tanto, si quiero ver el oro, o tocar el oro, no tengo que esperar durante años hasta que este anillo sea destruido y fundido en un lingote. Sino que, sabiendo que es oro, puedo tocar el oro, ver el oro y disfrutar el oro; ya, ahora mismo. Este es el paso final. Solamente a este nivel podemos hablar de no dualidad…, porque ¡todo es oro, todo es Dios!

(Pasaje extraído del libro "Flores del Silencio").

El aburrimiento existencial (sub. español)





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Francis explica que hay dos clases de aburrimiento: el aburrimiento existencial el cual tiene su raíz en la ignorancia; y el aburrimiento impersonal, el aburrimiento del sabio.

Es esta una cuestión interesantísima y muy poco tratada, especialmente, desde estos dos puntos de vista tal y como lo hace Francis.

¿Qué es la felicidad?




Interlocutor: Si pudieras empezar con la definición de felicidad. Porque no hemos venido aquí para hablar de la felicidad. La felicidad es un término romántico, ¿no?

Francis Lucille: Romántico, no sé, realmente, no encuentro a los románticos muy felices, más bien lo contrario. Si miramos el periodo romántico, el tema general se puede resumir como: “Me ha dejado, me voy a matar”. Es el tema general de las obras románticas y no se ve mucha felicidad. Por lo menos en el sentido en el cual yo entiendo lo que es la felicidad. 

Es difícil definir la felicidad. Si me preguntas que es, te diría: “la felicidad es la dicha”; y entonces me preguntarás: ¿qué es la dicha? Si buscamos en el diccionario “felicidad” encontramos “dicha”, y luego vamos a mirar a “dicha” y encontramos “felicidad”. 

La única forma de salir de este círculo vicioso es la experiencia. Si tenemos la palabra “felicidad” es que debe corresponder a una experiencia.

¿Cuál es la diferencia entre felicidad y placer? 

Me parece que la diferencia es que la felicidad se ve como mucho más duradera que el placer y, además, la felicidad está mucho menos relacionada a una experiencia sensorial. El placer parece ligado a una experiencia sensorial de duración limitada.

Con la felicidad vamos en otra dirección; y si extrapolamos al infinito la dirección en la cual vamos, la felicidad es una experiencia que dura eternamente, que no tiene fin y que no es una experiencia sensorial. 

No es una experiencia percibida por el canal de la mente, es decir de los sentidos, los pensamientos, la percepción exterior o las sensaciones corporales; eso es la primera cosa. 

Para resumir, la felicidad en relación al placer es, por una parte, una experiencia duradera, una experiencia constante; y por otra parte, una experiencia que no puede definirse en términos de pensamientos o de sentidos. 

Hay una definición mucho más simple. ¿Que es la felicidad?: “Es lo que todo el mundo busca, sin excepción alguna, hasta que se encuentra”. No hay nadie que no busque la felicidad y, aunque hay personas que lo niegan, a través de esa misma negación demuestran que la están buscando. 

Otra definición de felicidad: “Es aquello que no puede no buscarse hasta que se encuentra”.

Una vez encontrada experimentamos la paz. La paz es la ausencia de agitación y ausencia de búsqueda. 

La felicidad al infinito es la paz que todos buscamos. La ausencia de felicidad se experimenta como un sentimiento de carencia, y este sentimiento de carencia, por supuesto, nos empuja a buscar; es el motor de la búsqueda, es la búsqueda misma. 

Por supuesto podríamos decir: “bueno, aunque tengo un sentimiento de carencia, ya no busco más”. Pero esta parada en la búsqueda de la felicidad sería ficticia, sería artificial; en el sentido que constituiría una negación activa de la sensación del sentimiento de carencia que, él mismo, está ya presente; sería una represión de esta sensación de carencia, que es muy diferente de su desaparición.

(Extraído del Encuentro de Julio del 2015 - 1ª semana. Disponible en “Descargas”)

El Mensaje Central de la No dualidad (sub. español)




Francis Lucille expone su mensaje central yendo a la máxima simplicidad. 

Este mismo mensaje se encuentra en el núcleo mismo de todas las formas tradicionales y de la Filosofía Perenne expresado en modos diferentes en función del tiempo y mentalidades a las que se dirigían.

Por ejemplo, estas palabras de Francis, son una explicación con palabras actuales de la ecuación fundamental del Vedanta Advaita: Atman = Brahman. O de la tradición sufí: "Allí donde pongo la mirada se encuentra la faz de Dios". O de la budista: "La forma es vacío y el vacío forma". 

Y esta misma Verdad resuena igualmente en las enseñanzas de sabios de la antigüedad y actuales tanto del oriente como del occidente: Buda, Lao Tse, Huang Po, Huei Neng, Ashtavakra, Gautapada, Abivanagupta, Sankaracharya, Ananda Mai, Krishna Menon, Ramana Maharishi, Jesús, Plotino, Rumi, Parmenides, Meister Eckart, Jean Klein... 

Todos ellos transmiten una "buena nueva": el sufrimiento psicológico puede ser superado eliminando su raíz, esto es, la ignorancia de nuestra verdadera naturaleza.

Transcripción diálogos Encuentro Julio 2015



Disponibles las transcripciones de los diálogos del encuentro con Francis Lucille celebrado en Barcelona en Julio del 2015.

En el 2015, como peculiaridad, el encuentro duró dos semanas, pudiendo asistir a una de las dos semanas o a las dos, por lo que se han elaborado dos documentos que recogen esos diálogos, uno por cada semana.

Como siempre están disponibles en formato pdf, más universal, para la lectura en ordenador o, lo que es muy recomendable, imprimir en papel. Y en formato epub que permite su lectura en todo tipo de libros electrónicos, tabletas, smartphones, y también en el ordenador con un programa que reproduzca dicho formato.

Deseamos que estas catorce sesiones de diálogos les sean útiles en el reconocimento del verdadero Ser y el establecimiento en la paz y felicidad que son nuestra verdadera naturaleza.

Para acceder a estos documentos dirigirse a la página "Descargas".

Interesarse por el Espíritu




Encuentro con Francis Lucille, Barcelona julio 2010. 

Francis Lucille explica que hay que distinguir entre la búsqueda del ser verdadero y los intentos de solucionar los problemas personales puesto que, frecuentemente, se confunden ambos dominios y, de hecho, constituyen dos direcciones de interés y energía opuestas.

Un bello acto de equilibrio del Absoluto




Pregunta: … lo que los verdaderos aspirantes experimentaban tras una vida entera de intenso esfuerzo en la era de los Vedas, es alcanzable en la era actual en un periodo de tiempo comparativamente corto por la aplicación más directa del razonamiento superior en el hombre. Tal fue el método adoptado por Sri Atmananda. (“Introducción a las Notas…” por Nitya Tripta). Una visión muy diferente era la sostenida por otros hace cincuenta o sesenta años (René Guénon, A. Coomaraswamy y F. Schuon entre otros) en lo concerniente al hombre contemporáneo, siendo su conclusión que ha habido un declinar del intelecto contemplativo en Europa después de la Edad Media (y probablemente también en el oriente). Coomaraswamy usó el termino: “dégringolade”, para referirse a este fenómeno. ¿Puede haber, o, hay una coexistencia de estas dos corrientes distintas y opuestas en el mundo moderno? La pregunta es empírica, pero puede valer la pena hacerla. 

Francis Lucille: Tu pregunta es inteligente y está bellamente elaborada. Desafortunadamente, como tu mismo dices, es también en cierto sentido una pregunta intelectual y fenoménica, a la cual la verdadera y profunda respuesta es: "¿Quién sabe?"

A un nivel más mundano, quizás podría decirse, que a medida que ha declinado el interés contemplativo en las sociedades modernas, las herramientas a disposición de los buscadores se han hecho más numerosas y más eficientes. Por ejemplo, el extraordinario  despertar y desarrollo del método científico desde el siglo XVIII ha conducido por un lado a la moderna tecnología y la consiguiente expansión mundial de una cultura materialista, orientada a los artefactos técnicos. Sin embargo, por otra parte, este mismo cambio de paradigma ha eliminado antiguos tabúes e inhibiciones religiosas y culturales que habían hecho imposible hasta ahora presentar y comunicar la simple y desnuda verdad advaita. Recuerda las persecuciones sufridas por Jesús, el Maestro Eckhart, San Juan de la Cruz, Hallaj, Madame Guyon entre otras. Como observó Atmananda, estamos disfrutando de una ventana de oportunidad espiritual que no tiene precedentes en la historia. Podíamos considerar el simultáneo declinar de los valores espirituales y la mejora de las herramientas para despertar como un bello acto de equilibrio por parte del Absoluto. No hay incompatibilidad entre la visión de Atmananda y la de Guénon.

Sin embargo es necesario un toque de precaución sobre la confusión reinante en ciertos círculos pseudo Advaita entre el despertar y la realización del Ser o, como quizás diría Atmananda entre nirvikalpa y sahaja samadhi. Mientras uno crea ser un hacedor, hay todavía mucho que hacer en términos de investigación del yo y meditación. E incluso después de un primer vislumbre de la verdad, en la mayoría de los casos, solo se alcanzará la paz inquebrantable después de un proceso subsiguiente de razonamiento superior, sentimiento superior y contemplación.

La disponibilidad generalizada de las herramientas del despertar en el oeste moderno no implica la presencia generalizada de seres realizados, y pudiera muy bien ser que el  porcentaje de sabios fuera mayor en otras civilizaciones. 

(Pasaje extraído del documento Preguntas-Respuestas disponible en “Descargas”).


Conocimiento mental y conocimiento experimental (sub. español)





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Francis explica las diferencias entre la comprensión mental y la comprensión experimental.

Viajeros espirituales



La Presencia está libre de esfuerzo.

El esfuerzo siempre tiene su origen en la creencia de que somos un fragmento, un fragmento que quiere convertirse en la totalidad, lo cual es imposible alcanzar: para la entidad que se esfuerza no hay un final a la vista.

Este esfuerzo es muy diferente de la actividad que ejercemos cuando tenemos interés, o por amor, o para celebrar. Esa acción que proviene de un interés puede ser exigente para el cuerpo o la mente, pero está acompañada de gozo y perfume. Cualquier cosa que hagamos en el camino espiritual debería hacerse sin esfuerzo. Nuestra meditación, nuestra investigación deben nacer de una invitación desde lo Absoluto, del interés y amor por la verdad. De esta manera nunca es mecánico, sino siempre nuevo, siempre diferente.

Si en cualquier momento sentimos que hemos caído en la trampa del “esforzarse”, que nuestra investigación se ha convertido en una práctica, automática y por lo tanto sin sentido, debemos darnos cuenta de ello claramente y detenerlo. La práctica siempre tiene su origen en la creencia en una entidad separada que quiere alcanzar algo, la felicidad personal.

Siempre hay un objetivo personal unido a la práctica de la que estoy hablando. Esta misma práctica dirigida a alcanzar la felicidad nos separa de la felicidad del acoger, del no esforzarse. La forma divina de vivir, la forma de vivir en la compañía de lo divino es una gran vacación. Es la verdadera jubilación. Olvídate de pensar que tienes que gastar tiempo y sudor para jubilarte espiritualmente en el futuro. Jubílate ahora.

No hay nada que hacer, nada se tiene que hacer en el futuro y sobretodo, no hay nada que podemos hacer porque como personas no podemos hacer nada. Nuestro hacer como persona solo es una ilusión, un simulacro de acción.

Cuando entendemos esto, todo cambia. Lo que hacemos para ganarnos la vida se convierte en algo creativo. No tenemos que cambiar nada, al menos no inmediatamente. Podemos dejar que las cosas cambien. Todo se alineará por sí mismo con esta nueva perspectiva. Al estar dispuestos a una nueva dirección, todo encajará. El cambio viene de dentro a afuera como una onda. El origen de la onda permanece desconocido por siempre en la cegadora luz de la consciencia.

Cuando medites en casa, no lo conviertas en una obligación. Espera hasta que lo quieras hacer, hasta que estás interesado. Hazlo parte de la vacación, parte de la jubilación. Espera la invitación y si pierde su perfume, para inmediatamente. De esta manera conservas la calidad del entusiasmo por la búsqueda y serás invitado otra vez.

Como ocurre con los niños, lo que importa aquí es tiempo de calidad. Date a ti mismo tiempo de calidad en tu meditación. Sé bueno contigo mismo. Mantén un gran respeto por ti mismo, porque tú eres realmente tu Ser y nuestro Ser.

Cada pensamiento es un evento cósmico (sub. español)





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Francis explica que cada pensamiento es un evento cósmico, es decir, un evento que aparece en el cosmos. Del mismo modo que el tiempo que hace o la explosión de una supernova son eventos cósmicos. Es decir que no son creados localmente sino que el cosmos en su totalidad converge localmente para la creación de dichos evento. Y, por tanto, si reivindicamos ser el autor de nuestros pensamientos debemos deberíamos reivindicar ser el autor del tiempo que hace o de cualquier evento aparentemente exterior.

La verdadera cuestión es la vida, no la muerte




Interlocutor: ¿Cómo podemos liberarnos del miedo a la muerte? 

Francis Lucille: Tenemos miedo a la muerte y focalizamos nuestra mente en eso. Estamos hipnotizados por nuestro miedo. Sin embargo, la verdadera cuestión es la vida, no la muerte. Antes de entender quién muere, necesitamos entender quién vive. Es demasiado pronto para entender la muerte, pero podemos entender la vida. La vida está presente justo ahora. Así que ¿quién está vivo? Cuando descubrimos lo que es la vida, también puede que descubramos que no hay muerte. Después de todo, ¿quién está ahí para morir? 

Este camino es un camino de alegría, no de miedo. Vemos el mundo de acuerdo con nuestras propias proyecciones. Si creemos que somos individuos separados, estaremos sujetos al deseo y al miedo, y sufriremos. Un mundo sufriente aparecerá entonces en concordancia con esta creencia y lo perpetuaremos, sin darnos cuenta de que de hecho lo estamos creando. Si vemos un mundo de injusticia, nos hacemos injusticia y lo perpetuamos. 

Puede que las implicaciones de esto nos desilusionen, pero es la única salida al sufrimiento tanto para nosotros como para los otros. A menos que estemos libres de sufrimiento, ¿cómo podremos ayudar a otro? 

Por ejemplo, considera el caso de que tú crees que la muerte existe y que es el mayor de los males. Tienes un amigo muriéndose de cáncer en el hospital. Le visitas y le preguntas como está y le dices que no se preocupe. Él sabe que se está muriendo y que todo el mundo le miente. Tú eres su mejor amigo, vienes y también le mientes, quizás no diciéndole que todo irá bien, puede que seas más honesto, pero todavía estarás añadiendo tu propio miedo al suyo. 

Sería una situación diferente si tú estuvieras libre del miedo a la muerte. Simplemente irías y escucharías. Lo que vaya a ocurrir, ocurrirá. Lo que digas, que por supuesto es impredecible, de alguna manera producirá milagros. Haces lo mejor que puedes dadas las circunstancias. 

Si piensas que la muerte es el mayor mal posible, algo contra lo que tenemos que luchar, no entiendes que luchar es solo más sufrimiento. Veremos nuestra misión como una guerra. Una guerra contra la pobreza, una guerra contra la injusticia social, una guerra contra la muerte, una guerra contra la enfermedad, pero aun así todavía una guerra. La guerra es la perpetuación del sufrimiento. 

Es muy distinto si vemos que las cosas no son tan importantes. Esta vida es un sueño y jugamos nuestro papel en ella. Si estamos desapegados, hacemos nuestro papel lo mejor que podemos y, debido a nuestro desapego, alcanzamos el máximo de nuestras posibilidades. Somos como un violinista que no se preocupa de los críticos durante su actuación, y por lo tanto toca bien. Ocurre lo mismo aquí. No nos apegamos a los resultados porque no hay resultados. Es un juego y no hay resultados positivos o negativos. Esta actitud nos permitirá dar la más elevada forma de ayuda de la que somos capaces. 

Estamos hablando sobre la muerte del aparente individuo. Por supuesto, existe la muerte física, la muerte del cuerpo. Un mundo sin muerte no tendría belleza, no habría hojas amarillas en otoño. Sería aburrido. No habría cambio porque el cambio implica muerte. Un mundo sin muerte sería un mundo congelado. El hecho es que queremos hacer el mundo mejor de lo que lo hace Dios.


(Pasaje extraído del libro "El Perfume del Silencio"). Disponible en Amazon.

Todo es consciencia (sub. español)




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Francis explica porqué utiliza el término "la realidad que percibe" para referirse a la consciencia, al verdadero yo, al yo real.

Vídeo original del Canal "Francis Lucille en Español": 2016 03 06 (Temecula, CA 6) TODO ES CONCIENCIA: (https://www.youtube.com/watch?v=aRhzd6matu0)

El Eterno Presente



Desde principios de este año contamos con “El Eterno Presente”, el único libro que faltaba por traducir al castellano de Francis Lucille. Sus traductores son Carmen y Vicente Goyanes que ya nos proporcionaron la recopilación de diálogos que constituyen “Flores del Silencio”.

Al igual que “Amor Verdad Belleza” y “El Perfume del Silencio”, "El Eterno Presente" está disponible en formato digital a través de la plataforma de distribución Amazon por lo que, en principio solo accesible a través de su libro electrónico Kindle o el mismo programa para ordenador, aunque en internet existen diversos medios para cambiar los formatos.

Para ver "El Eterno Presente" en Amazon, clic: aquí 

La edición original inglesa en papel de "El Eterno Presente" fue “Eternity Now” que se publicó en 2006 y seguidamente se tradujo al francés en 2007 bajo el nombre de “Le Sens des Choses. Entretiens sur la non-dualité”. 

Como todos los libros de Francis “El Eterno Presente” es una recopilación de preguntas y respuestas surgidas en las sesiones de diálogos de los encuentros con Francis. 

Todas estas preguntas y respuestas han sido ordenadas en doce capítulos según su temática precedida de una bella introducción por parte de Francis. Como curiosidad hemos observado que en esta edición española hay un capítulo menos, el capítulo VII de la edición inglesa y francesa, titulado “Un verdadero maestro no se considera un maestro”. Esperamos que sea incluido en posteriores revisiones.

Parte del Capítulo I “El Arte de No Esperar” ya ha sido publicado en la web de Francis en el apartado de preguntas, que hemos recogido en el documento “Preguntas y Respuestas” disponible en Descargas. Y en el final del último Capítulo “Despertar al Esplendor Inmortal” Francis narra los acontecimientos fenoménicos que enmarcaron su vislumbre definitivo de la verdad, hechos que también se han publicado en varias ocasiones.

En el resto de capítulos se van recogiendo los cuestiones universales que mueven a los que buscan la verdad sobre sí mismos: la naturaleza del yo, el amor, los pensamientos, la muerte, la comprensión, el camino directo o progresivo, la forma de relacionarse con los demás, la respuesta a los problemas cotidianos, la libertad, la felicidad, etc.

Sí que nos atrevemos a apuntar, puesto que seguimos a Francis desde hace años, que se nota que ha pasado bastante tiempo desde que se recogieron estos diálogos puesto que en la actualidad las respuestas de Francis son todavía mucho más “quirúrgicas”, si se nos permite la expresión, más directas. E incluso el uso del concepto “ego”, bastante frecuente en el libro, ahora Francis prácticamente no lo utiliza por su ambigüedad y los problemas de interpretación, siendo sustituido por “la ignorancia”  o la situación que llamamos ignorancia -la identificación transitoria y aparente de la consciencia con un objeto sea burdo o sutil-.

Por lo demás un libro apasionante y que cierra esa especie de trilogía que constituyen los libros editados de Francis (a excepción de la edición española de “Flores del Silencio” prácticamente descatalogado), es decir, un libro absolutamente recomendado. 

Para ilustrar el contenido general del libro reproducimos a continuación la introducción de Francis a “El Eterno Presente” que es en sí misma un resumen todo aquello que se puede apuntar por medio de las palabras en relación a la verdad de lo que somos.

Habitualmente nos identificamos con una mezcla de pensamientos, percepciones, y sentimientos. Esta identificación con un cuerpo-mente personal está profundamente enraizada en nosotros. Dado que las personas de nuestro entorno, como nuestros padres, maestros, amigos, etc., creían ellos mismos ser entidades personales, nosotros hemos encontrado muy natural seguir su ejemplo y no cuestionar esta creencia la cual, analizada detenidamente mostrará ser el origen de todos nuestros problemas.

La consciencia no tiene dimensiones




Interlocutor: He visto un vídeo donde decías que el cuerpo físico vivía en cuatro dimensiones, el cuerpo sutil vivía en una dimensión y el cuerpo causal cero dimensión. ¿Podrías desarrollar esto?

Francis Lucille: En el universo físico que nos rodea están las tres dimensiones del espacio: la profundidad, la altura y la anchura más la dimensión tiempo; y esto es a lo que me refería al decir cuatro dimensiones. 

En cambio, a nivel de los pensamientos, tan solo hay una dimensión que es la dimensión tiempo; en el sentido que podemos decir que un pensamiento precede a otro pensamiento, así que podemos situar los pensamientos los unos con respecto a los otros en la dimensión temporal, en el tiempo.

En cambio no tiene ningún sentido decir que un pensamiento está a la izquierda de otro, que está más allá o está más alto o más abajo de otro.

Cuando pasamos del dominio de lo que es percibido; que es el dominio físico por un lado y que también llamamos dominio grosero como opuesto a sutil de las cuatro dimensiones; o bien cuando pasamos del dominio sutil del pensamiento en el que solo hay una dimensión. Lo que estos dos dominios, el de lo grosero y lo sutil, tienen en común es que ambos forman parte de aquello que es percibido.

Cuando pasamos de aquello que es percibido a aquello que percibe, entonces, a nivel de la consciencia no existe ni siquiera la dimensión tiempo porque la consciencia que percibe el fluir del tiempo está fuera del tiempo.

Es por eso por lo que quizás he podido decir que a nivel causal, quiere decir, a nivel de lo que percibe, la consciencia, hay cero dimensiones fenoménicas; pero ello no quiere decir que no existan otras dimensiones: la dimensión amor, la dimensión inteligencia, la dimensión belleza.

(Extraído del Encuentro de Julio del 2014. Disponible en “Descargas”)