Elección y consciencia

 


Interlocutor: Me gustaría saber, porque a veces oímos que dicen que la consciencia no elije, y que cuando se presenta una situación ya ha elegido, en fin que no elige.

 

En mi experiencia, y hablo como consciencia, no como persona separada, me encuentro frente a un mundo que presenta situaciones concretas que son diferentes para mí que para otros, y entonces me veo en el mundo haciendo elecciones en tanto que consciencia.

 

Me gustaría saber cómo podemos reconciliar la idea que la consciencia no elige nada y verme haciendo elecciones corrientemente.

 

Por ejemplo, hoy me pongo este vestido y no otro diferente.

 

Francis Lucille: Cuando tomamos una decisión nos llega como un pensamiento, ¿de acuerdo? 

 

¿Escogemos ese pensamiento o nos llega?

 

De hecho no escogemos nunca como persona separada.

 

I: Sí, pero entonces escogemos como consciencia.

 

FL: Como persona separada, en el momento del pensamiento, de la elección no hay nadie que elige. La persona separada aparece luego: “soy yo quien acaba de escoger” o también antes “debo escoger”.

 

Pero el elector, ese elector separado aparece o bien antes: “oh, tengo que escoger entre la vainilla y el chocolate” o después “soy yo, finalmente he escogido la vainilla y hubiera tenido que escoger el chocolate”.

 

Pero en el momento de la elección no está ahí, no hay nadie, es elegido.

 

Entonces, hay un pensamiento “será vainilla” que aparece en la consciencia y la consciencia no escoge, ese pensamiento aparece. 

 

Pero podríamos decir que ese pensamiento aparece en la libertad de la consciencia.

 

Ahora, hay dos formas de elegir. Hay la elección libre e impersonal de la consciencia. y también hay la elección que está condicionado por la ignorancia.

 

La elección que está condicionada por la ignorancia es el resultado de una elección fundamental que hacemos de ser esa consciencia separada, de creer ser esa consciencia separada.

 

A partir del momento en el que escogemos ser esa consciencia separada hay un montón de deseos y miedos que empiezan a dictar nuestras decisiones.

 

“Tengo miedo, tengo miedo de desaparecer completamente” y entonces “tengo miedo porque si cojo ese ascensor se quedará atascado entre el tercer y el cuarto piso y allí me moriré asfixiado o algo parecido”.

 

Entonces no cojo el ascensor, subo por las escaleras.

 

La acción de coger las escaleras está, de hecho, condicionada por la decisión de ser esa persona separada quien va, quien va... como decirlo, quien tiene la paranoia de la muerte. Y que de una forma, de hecho, injustificada, irracional, dictará, de alguna manera, el comportamiento.

 

En el caso de la acción condicionada por la ignorancia no hay nadie que escoja  coger las escaleras. Podríamos decir que es la ignorancia quien escoge coger las escaleras, pero al final la ignorancia en sí misma es una elección y es una elección que proviene de la consciencia.

 

En última instancia es, por supuesto, la consciencia quien escoge tomar las escaleras, pero hay la distinción entre la elección directa de la consciencia, que es la acción libre, lo que yo llamaría la acción libre, y la acción condicionada por la ignorancia que es una elección de la consciencia pero que pasa por el desvío de la ignorancia.

 

I: Tengo otra pregunta. Cuando descanso en mi verdadera naturaleza.

 

 Cuando estoy en mi verdadera naturaleza, llego a descansar en mi verdadera naturaleza, encuentro que es algo neutro, es en paz pero es neutro, no hay nada. A veces hay olas que llegan de felicidad sin causa o de alegría sin causa.

 

¿Tiene que establecerse esa alegría sin causa en el tiempo de forma permanente o es en oleadas?

 

FL: Estamos siempre en nuestra verdadera naturaleza, pero no estamos siempre conscientemente en nuestra verdadera naturaleza. El obstáculo para ser conscientemente nuestra verdadera naturaleza es una creencia, la creencia de ser un ser humano.

 

En torno a los pseudo-sabios

 


Pregunta: El resultado mi interés de décadas en la no-dualidad ha sido un conglomerado de libros, sitios de web, videos, y CDs que cubren una gama que va desde Sankara a Wei Wu Wei, a Douglas Harding, etc. Mi pregunta final que permanece después de todos estos años es “¿Cómo salvar la (aparente) distancia entre una profunda comprensión intelectual de lo Uno y mi incapacidad de realizar la verdad experiencialmente?” Acabo de leer “Eternity Now” (La eternidad ahora), y me gustaría hacer una pregunta más específica, menos grandiosa. 

Recientemente mi esposa y yo asistimos a un encuentro con un maestro en Londres. Asumiendo que estés familiarizado con su trabajo, entiendes que él es, por así decirlo, un “purista” de la no-dualidad: no hay camino, no hay caminante, nada “a la venta”, y la vaga posibilidad de la realización del Ser por una acto de gracia. Sin embargo, hizo una afirmación que, al reflexionar, resulta progresivamente menos clara. Mi esposa, que no tiene verdadero interés en la no-dualidad, le preguntó si estaba sugiriendo que nadie en la habitación estaba sentado en una silla. Su respuesta fue, “sentarse está sucediendo, pero a nadie”. Entonces continuó diciendo que la misma explicación se aplica a todos los fenómenos que se perciben, incluyendo, digamos, el enfado. ¡Creo que en ese momento mi esposa quería que le devolviesen el dinero! :-) 

Pero seriamente, ¿cómo puede una emoción como el enfado, que es enteramente subjetiva en el sentido de que es “sentida” o percibida por un individuo, surgir en la ausencia de tal persona? Por ejemplo: “el enfado surge pero no hay nadie que esté enfadado”. Desde luego, apreciaría cualquier sugerencia para salir de mi mente científicamente condicionada, pero de momento, estaría interesado en tus pensamientos acerca de los fenómenos que surgen, pero a nadie. 

Francis Lucille: Has hecho dos preguntas:

1. ¿Cómo salvo la (aparente) distancia entre una comprensión intelectual profunda de lo Uno, y mi incapacidad para realizar la verdad experiencialmente?

Encuentra a tu maestro/a. Si lo deseas, la vida lo/la encontrará por ti, y será el que encaje perfectamente. El o ella será un/a sabio/a cuya presencia revelará tu propia presencia y hará cantar a tu corazón.

2. ¿Cómo puede una emoción como el enfado, que es enteramente subjetiva en el sentido que es “sentida” o percibida por un individuo, surgir en la ausencia de esa persona?

En tu pregunta hay dos aspectos:

2.1 No hay una consciencia individual separada, a quien el sentarse o el enojo le pudieran ocurrir. Sea lo que fuere que es percibido, enfado o cualquier otra cosa, realmente es percibido por la única consciencia real que hay, que es universal y divina. Tampoco sería verdad mantener que el enfado le ocurre a la consciencia universal, igual que no sería verdad mantener que el fuego que tiene lugar en la película le ocurre a la pantalla en la que es proyectada. Como no hay una entidad real, personal o universal a la que pudiera ocurrir el enojo, el maestro que encontraste en Londres mantiene con razón que en realidad no le ocurre a nadie. Simplemente parece ocurrirle a un cuerpo-mente proyectado en la pantalla de la consciencia.

El sufrimiento psicológico es un deseo por la verdad


Interlocutor: La misma fuente que decide investigar necesita sufrir.

Francis Lucille: Sí, pero no simultáneamente.

I: Sí, pero unas veces investigas y otras veces sufres. Y la fuente es la misma.

FL: La diferencia es que la fuente del sufrimiento es una creencia y esta creencia es el resultado de una decisión tomada por la fuente. Así que el sufrimiento no es realmente la decisión tomada por la fuente pero es el resultado de la decisión tomada por la fuente. Y, de la misma forma, la investigación es una decisión directamente tomada por la fuente.

I: Sí, pero el sufrimiento físico sí que viene de la fuente. Entonces la misma fuente que decide sufrir físicamente invita a investigar.

FL: En este caso sí. 

Ahora bien, el sufrimiento psicológico, de hecho, se debe al recuerdo de la fuente, a nuestro recuerdo de la fuente. Si no recordáramos la fuente, en absoluto, no sufriríamos psicológicamente. Así que, de hecho, el sufrimiento psicológico es un deseo por la verdad.

La diferencia es que si la ignorancia es fuerte, el apego a la creencia de ser una entidad separada es más fuerte que la energía que tiene el sufrimiento para llevarnos de vuelta a la fuente. Así que resistimos, soportamos el sufrimiento psicológico porque disfrutamos tanto con ser una entidad separada… Llega un momento en que el sufrimiento se hace tan fuerte comparado con la felicidad del apego a los objetos que de alguna manera revertimos este proceso, invertimos nuestra dirección. 

O sea que en ese momento nos da igual seguir siendo una entidad separada si a cambio de dejar de serlo dejamos de sufrir; soltamos, nos deshacemos de nuestra arrogancia. Todo lo que queremos es estar en paz y no sufrir. 

Y después descubrimos que nuestra experiencia de sufrimiento se debía a nuestra resistencia a la atracción de la fuente. Consistía en esta lucha, en esta tensión, y en el momento en que soltamos, nos entregamos, nos abandonamos, en ese momento, eso que antes llamábamos sufrimiento se transforma en otra cosa; se convierte simplemente en el deseo que nos lleva de vuelta a la fuente. 

Es como en este cuento para niños en el que para encontrar el camino de vuelta en el bosque van dejando piedrecitas. Y lo mismo ocurre aquí, cuando dejábamos la casa íbamos poniendo el sufrimiento y, de la misma manera, los libros espirituales, la visitas a maestros, etc., son las piedrecitas que nos permiten volver a casa. 

Así que desde el punto de vista de la sabiduría el sufrimiento psicológico no es malo. De hecho es algo bueno. 

(Pasaje extraído del Encuentro de 2007. Disponible en "Descargas")