El secreto abierto




Pregunta: Has dicho, “para ver, para establecer tal separación (entre el perceptor y lo percibido), deberíamos poder percibir al perceptor, para verlo separado de lo percibido. Y eso no es posible”.

¿Es correcto mi entendimiento de que esto se propone en el contexto obvio de guiarnos hacia la Unidad, más allá de la ilusión de separación, pero no es todavía la Verdad  Ultima?

¿Que no es posible percibir al perceptor, no porque el perceptor sea nuestro Ser (Self) real, sino que no es posible porque el propio perceptor no tiene en ningún momento una existencia real, y por lo tanto ninguna percepción proveniente de ese perceptor ilusorio, mente/sueño/consciencia, ha ocurrido nunca realmente; solo han sido mentalmente vistas como un débil eco, y puede ser vista en la Unidad y con amor/aceptación en lugar de ser sufrida debido a la separación y a la creencia en una identidad separada y también dividido entre perceptor y percibido que son uno y lo mismo?

¿Sin embargo, más allá de todo eso, yendo al origen del próximo pensamiento que surge, antes y más allá de ningún pensamiento/percepción/sueño/mente, sólo el Silencio que no sabe nada de todo esto, es nuestra Identidad real, ya que cualquier cosa que no sea Silencio - aunque sin causa - es solo percibido debido a la aparente ignorancia de la Verdad, ahora aparentemente escondida bajo múltiples capas… y todo ver sólo puede ocurrir aparentemente  porque obtiene prestada su aparente presencia del Silencio? 

Esto es lo que ha estado sucediendo aquí y verificarlo sería de gran ayuda…. verificación…

Francis Lucille: Esta pregunta es muy importante, tanto para ti como para otros buscadores de la verdad que han sido llevados a error, bien por un propio malentendido de la enseñanza, o por maestros que no tenían experiencia directa de su verdadera naturaleza y enseñaban su propio modelo intelectual de realidad en lugar de su experiencia de ella.

Antes de empezar a considerar el núcleo de tu pregunta, aclararemos lo que yo llamo “el perceptor”. En este momento estas palabras están siendo percibidas en la pantalla, los pensamientos que evocan en ti también están siendo percibidos. El perceptor es aquello, sea lo que sea, que realmente percibe estas palabras y estos pensamientos. Hay un elemento de realidad innegable ligado a esta percepción. Lo que es percibido podría ser una ilusión, pero el hecho de que hay una consciencia percibiendo esta potencial ilusión es absolutamente cierto: incluso si lo percibido es una ilusión, esta ilusión revela la realidad del perceptor, que es nuestro verdadero Ser, nuestro “Yo”. Si ese no fuera el caso, estaríamos diciendo que nosotros no somos el perceptor de nuestras percepciones, que otra entidad, distinta de nuestro “Yo” real está percibiendo; lo que sería absurdo.

De esto se deriva que nuestro Ser real es el perceptor que realmente percibe nuestras percepciones, y que este perceptor es real, porque una entidad ilusoria no puede percibir. El perceptor real es aquello que realmente percibe, es la realidad que percibe. De hecho es la realidad última que percibe, porque una realidad penúltima que percibiese sería todavía una ilusión comparada con la realidad última, y sólo estamos interesados en nuestro verdadero “Yo”, no en una identidad relativa e ilusoria. Por ejemplo, si preguntamos si nuestra identidad sobrevive a la muerte del cuerpo, queremos saber si nuestro verdadero ”Yo” sobrevive, y no nos importa si nuestro “Yo” ilusorio no lo hace; igual que al despertarnos no nos importa si uno de los personajes de nuestros sueños nocturnos, incluyendo nuestro personaje, se muere.

Por lo tanto, si sólo hay una realidad, como sugiere nuestra intuición más profunda; la realidad que percibe, nuestro Ser, nuestro “Yo”, la Unidad, la Verdad última, y el Silencio del que hablas deben ser lo mismo. Si son distintos de la realidad que percibe, deben ser ilusiones.

Si hay más de una realidad, una de estas realidades debe ser la realidad última de todas ellas, y debe ser también la realidad última del perceptor, el perceptor real último, el único que importa.

Lo que estoy diciendo aquí es muy simple: nuestra consciencia aparentemente ordinaria, la que percibe los acontecimientos de la vida diaria, es de hecho extraordinaria, universal, eterna y divina. Es la realidad Ultima de todas las cosas y de nosotros mismos, el Absoluto. Este es el secreto abierto, a la vista de todos, pero conocido sólo por uno.



(Extraído del documento "Preguntas - Respuestas". Disponible en "Descargas")