Meditación - Un solo hilo

 


Francis Lucille: Sentaros cómodamente, dar la bienvenida a las sensaciones corporales, pensamientos, sonidos y percepciones sensoriales.

¡Solo esto!

Sin meta, sin ir a ninguna parte.

Simplemente dirigir vuestra atención hacia la fuente de todo lo que aparece, de todas las percepciones.

En otras palabras, vuestra atención no está dirigida hacia las percepciones sino hacia la fuente de la que emanan.

Ved que esta fuente no es otra que vosotros mismos.

Observad también, que debido a que la fuente de todas las percepciones no es ella misma una percepción, no puede ser percibida como tal: como un sonido, como una imagen, como un pensamiento, como una sensación corporal.

La realidad de todas las percepciones, aquello que está ahí antes de que surjan, durante su presencia y, después de que hayan desaparecido, no es en sí misma una percepción.

Tampoco es la ausencia de percepciones, porque la ausencia de percepciones, sigue siendo alguna forma de percepción.

Viene después del hecho de que primero experimentamos la conciencia sin percepciones, y luego la mente intenta imaginar esa experiencia, tener una imagen de ella; que es una especie de estado blanco, una pared blanca, una pared negra, algo extremadamente neutral, algo soso, aburrido y uniforme.

Ved que cuanto más os enfocáis en la fuente, más parece eludiros. Entonces este experimento puede parecer un fracaso. 

En otras palabras, el resultado de este experimento es un fracaso para visualizar la fuente de las percepciones.

No significa un fracaso del experimento, significa que es el resultado del experimento.

Y entonces la conclusión de ello o la correcta interpretación es: la fuente no se puede visualizar.

Por visualizar quiero decir, percibirla a lo largo de las tres categorías de percepciones: pensamientos, sensaciones corporales y percepciones sensoriales. 

Esa es la interpretación de este experimento. 

¿Cuál es la conclusión? La conclusión es que la fuente no se puede visualizar de ninguna manera o forma. 

Esta conclusión tiene dos consecuencias:

1 - Tratar de visualizar la fuente es un intento inútil. En un futuro y, como resultado de esta comprensión, de este experimento, deberíamos evitar intentar hacerlo ya que el fallo está garantizado. 

Esto es una consecuencia menor pero importante de este experimento.

2 - La consecuencia principal, sin embargo la más importante, es que dado que es imposible visualizar la fuente -conocida también como “el yo”, conocida también como “yo”, también como “mi naturaleza verdadera”, “aquello que realmente soy”- ya que es imposible visualizarla de ninguna manera ni forma, cualquier cualidad que le atribuyamos a la fuente, a “yo” que dependa y se base en tal visualización, es una falacia, no existe. 

Y en particular la creencia que la fuente está localizada en el espacio, en el espacio físico, confinada dentro de los límites del cuerpo humano es una falacia, ya que asume la posibilidad de visualizar la fuente dentro del cuerpo humano.

Y por visualizar no solo me refería a verla, sino a cualquier forma de percepción, incluyendo sensaciones corporales. Porque es obvio que la fuente, consciencia, no es visible y, por lo tanto, no se puede ver dentro del cuerpo, porque es invisible.

Sin embargo, todavía podemos apegarnos implícitamente a la creencia que aunque no es visible, se puede sentir.

No es visible, es invisible pero no es insensible o imperceptible en términos de feeling, y un feeling es algo relacionado con las sensaciones corporales.

Entonces: “siento mi cuerpo”, “siento la fuente” y, por lo tanto, la fuente es parte de mi cuerpo, ¿veis? 

La falacia aquí está en la declaración: “siento la fuente”, “siento la consciencia”, y esta sentencia es falsa por experiencia, por el experimento que acabamos de realizar.

Entonces, aunque es fácil librarnos de la creencia de que podemos ver la conciencia, es más difícil y no tan obvio, librarnos de la creencia de que podemos sentir la consciencia. 

De alguna marera podemos percibir la consciencia, tener la intuición de, pero aún en el sentido de que podemos percibirla al mismo nivel del cuerpo, del mundo o de la mente; como pensamiento, como percepción, como percepción sensorial o como sensación corporal.

Entonces es importante que, a través de esta experimentación, adquirir la claridad y la certeza que la consciencia es absolutamente imperceptible en términos de percepciones mentales, de mentaciones.

Lo más importante de esta conclusión es que la ignorancia se basa en la posibilidad de tal percepción; eso es todo.

Cuando la imposibilidad absoluta de tal percepción se ha estabilizado experimentalmente, la ignorancia ha perdido su propia base.

La ignorancia se encuentra en la posición del coyote perseguido por el correcaminos. 

Y cuando el coyote abandona el acantilado está en el aire y el correcaminos bate sus alas. El coyote sigue corriendo pero, no por mucho tiempo, ha perdido su terreno, su fundamento.

La cultura francesa dice que la propia cultura es lo que permanece cuando todo lo demás ha sido olvidado.

De manera análoga podríamos decir que la consciencia, nuestra verdadera naturaleza, es lo que permanece cuando todo lo demás ha desaparecido.

A través de un ojo sin discernimiento, parece que la esencia del collar está en las perlas. Pero la esencia del collar, aquello que le da su forma, aquello que une las perlas, es el hilo invisible que atraviesa su centro y que da al collar su forma, su unidad, su realidad y su belleza. 

De la misma manera la presencia invisible es aquello que une todas las percepciones que tenemos del mundo. Pero también todos los objetos de todos los mundos, las mentes, los mundos físicos, los mundos de las ideas, los momentos se interconectan, se conectan entre sí; y la conexión es a través de ese hilo invisible.

En el centro mismo de nuestra existencia humana hay un hilo de realidad que une todas las cosas; no solamente los seres sensibles, ¡no! Sino todas las cosas en todos los mundos.  

Un solo hilo.

Francis Lucille, 5 de marzo de 2021

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